jueves, 26 de agosto de 2010

LAS ARTES MARCIALES CLÁSICAS JAPONESAS EN OCCIDENTE: PROBLEMAS DE TRANSMISIÓN

Es, casi innegable, un aspecto fundamental de la personalidad americana, el ser mas o menos constante en la búsqueda de algo mejor. Parecemos tener un deseo casi genético por lo diferente, por aquello que se salga de lo común. Para expresarlo de una manera menos caritativa, quizás, nos aburrimos con facilidad.

A una luz mas idealista, debemos de ser conscientes de que una inquietud cultural tal, desencadeno nuestro 'Destino Manifiesto', comenzando por la llegada de los puritanos a la Bahía de Massachussets y, mas recientemente, con la llegada del hombre a la luna. La nuestra es una perspectiva de la vida que ha influido en el comportamiento de los americanos en asuntos tan importantes como la forma en la que comenzamos y continuamos construyendo nuestra nación, o en otros comparativamente menores como los tipos de disciplinas marciales japonesas que nos han interesado a lo largo de los años. La hierba, dicho sea simplemente, siempre ha sido mas verde al otro lado de la colina.



En el caso de dichas artes marciales en EEUU, si rastreamos su presencia lo bastante atrás en el tiempo, podemos observar que el problema ha sido que no han habido las suficientes colinas, verdes o no, a nuestro alrededor. En los 50, el judo era extremadamente exótico. Fuera de algunos enclaves japones-americanos, era poco conocido, y aún menos practicado y enseñado. E incluso en tales comunidades étnicas, el karate era tan poco común que cuando se hizo una demostración pública en Hawaii en 1927, el evento ocasionó la aparición de un artículo en el periódico de Honolulu.

En una década, todo cambio. En los 60, el karate se había vuelto común. Alrededor de finales de la segunda mitad de la década la mayor parte de las ciudades tenían varios dojos, 'estudios' o YMCAs que ofrecían entrenamiento en dicho arte. En los 70, las verdes praderas disponibles para pastar de las artes marciales se habían vuelto aun mas numerosas y variadas. Se añadió el Kung-fu al igual que varias otras artes marciales de diversas partes de Asia. La mayor parte de ellas resultaban mas atractivas (debido a ser mas "novedosas" o mas exóticas, principalmente) alternativas al karate o al judo, que se habían vuelto, por aquel entonces, prosaicas.
Para encajar con los apetitos pastoriles del publico interesado, no hubo falta de artes que fueron mas o menos elaboradas, como por ejemplo, el "ninjutsu", creadas a partir del folklore o de ambiciosas ficciones. En los 80, esta tendencia continuó, y los entusiastas de las artes marciales se encontraron con un buffet de silat, muay thai, savate, y tantas otras disciplinas.



¿La moda del Bujutsu?

A la luz de toda esta búsqueda por algo nuevo, por no mencionar los instintos empresariales que la alimentan, es poco sorprendente que la década de los noventa encontrara su atención dirigida a otro fértil campo de artes marciales. Los 90 dieron paso a la apertura de nuevos pastos con el bujutsu, las técnicas marciales clásicas del periodo feudal de Japón (1400 al 1867 aprox.)

El bujutsu, también conocido como koryu (literalmente, "viejas" o "antiguas tradiciones") ofrecen muchos atractivos a los entusiastas en búsqueda de pastos mas frondosos. Entre las razones obvias por las que los occidentales del siglo 20 pueden verse atraídos a artes que fueron destinadas a la casta guerrera japonesa, estarían:

Venerabilidad. A pesar de nuestro apetito moderno por todo lo que es nuevo o esta en boga, un considerable número de nosotros siente respeto por los meritos de la antigüedad. Cualquier cosa tan antigua como un koryu, siguiendo este razonamiento, debe tener algún valor.Romanticismo. El cine y la literatura populares han idealizado la "esgrima samurai" hasta niveles mejor descritos como "de capa y espada". El mismo samurai, un guerrero vestido con finas sedas que practicaba la poesía y la ceremonia del te, con una vida de sangre y belleza; estas son imágenes que resultan tremendamente atrayentes para muchas personas. Basta con observar la popularidad de grupos que "recrean" la cultura medieval y que escenifican batallas fingidas, justas y demás. Si se le añade el supuesto misticismo de "oriente", se puede ver cuanto pueden llegar a fascinar artes como el bujutsu. Una falta de información contrastable que coloque estas artes en un contexto histórico realista ha dejado un agujero que los románticos han sido libres de llenar con sus propias nociones de caballería, gestas, y demás.Elitismo. Lo poco común de un koryu supone una atracción para muchos de aquellos individuos que disfrutan destacándose de la mayoría, o al menos que aprecian no seguirla ciegamente. Pueden haber tres o cuatro "cinturones negros de karate" de media en cada manzana de la mayoría de las ciudades de EEUU, pero ¿cuantos "maestro espadachines" o "samurais modernos" se pueden encontrar?Eficacia. Teniendo en cuenta que estas artes han sido probadas en el campo de batalla, se asume que un koryu contiene muchos "secretos" o técnicas particularmente letales que lo harían más efectivo en un situación moderna de autodefensa.Integridad. Cualquiera involucrado aunque sea de manera tangencial con una organización típica de aikido, judo, karate o algún otro arte marcial se ha visto expuesto a mentiras, avaricia, e incompetencia gestora de un nivel realmente enorme. Los koryu se perciben (incorrectamente) como entes por encima de las luchas organizativas, la preocupación por el rango, y la infinita búsqueda por el poder y el dinero que parecen comprometer e infectar la filosofía y objetivos de las formas de budo mas populares y modernas.

Estos, generalmente, son los puntos de vista que los entusiastas occidentales que se han documentado tienen del bujutsu clásico (y la literatura esta entre las pocas fuentes remotamente fiables de las cuales pueden obtener información, habida cuenta de la escasez de practicantes de koryu con experiencia que no sean japoneses). Muy resumidamente, el koryu bujutsu puede ser definido de manera más objetiva como aquellas formas de combate directa o indirectamente originadas en el campo de batalla, que fueron del dominio exclusivo del soldado profesional del Japon pre-moderno. Son datadas, como se menciono anteriormente, desde aproximadamente el siglo XV al siglo XVII. Se diferencian de las formas de budo del siglo XX (mantengamos en mente que los apelativos de "bujutsu" y "budo" son extremadamente arbitrarios, mas por distinciones generales que por una definición exacta) de varias maneras.
Los bujutsu son:
--Diseñados para ser usados por una clase militar profesional (de la era feudal) mas que por la población general.--Mucho menos influidos por el Budismo Zen que formas posteriores de budo. Los cimientos espirituales de un koryu tienden a ser los del mikkyo, una forma de Budismo esotérico.--Invariablemente y sin excepción, organizados bajo el eje de un ryu, una institución feudal del Japón antiguo, con aspectos pedagógicos, políticos y culturales completamente diferentes de los métodos comerciales modernos.--Obviamente, carentes por completo del elemento deportivo, las competiciones, o el sistema de grados de kyu/dan que son centrales para las formas de budo modernas.

Indudablemente, los koryu son atrayentes para la audiencia occidental. A riesgo de llevar mi analogía sobre los "pastos mas verdes" demasiado lejos, sin embargo, estas audiencias harían bien en recordar que el color del prado no es una indicación positiva de que la hierba sea comestible, alimenticia, o de que sea saludable para quienes la consuman. Varios occidentales han ido a Japón para investigar los koryu. Algunos han conseguido ser aceptados en un ryu clásico. Unos pocos los han practicado a un nivel tan intenso y prolongado que han conseguido un entendimiento completo de estas artes. A aun menos se les ha concedido permiso para enseñar una parte o el curriculum entero del ryu al que pertenecen. (Como veremos, este permiso es absolutamente crucial si el ryu ha de mantenerse viable; nadie comienza a enseñar un koryu sin el permiso explícito, a menudo escrito, de un profesor cualificado.)
Casi todos estos individuos siguieron la estela dejada a mediados de los sesenta en Japón por el ya fallecido Donn Draeger. Draeger, un antiguo oficial de los marines, tomó un interés teórico y práctico en las artes marciales practicadas en el Japón de la posguerra. Su actividad le llevo eventualmente a un koryu. La habilidad de Draeger sirvió no solo para impresionar lo bastante a varios expertos japoneses en un koryu como para que permitieran a extranjeros entrar en sus ryus, además, el mismo Draeger apoyó con entusiasmo la educación de muchos adeptos extranjeros jóvenes que vivieron y entrenaron en Japón durante los sesenta y los setenta.


Debemos mantener en mente que, y no de manera accidental, el número de practicantes occidentales de un koryu de los cuales estamos hablando, era durante esa época, y sigue siendo, minúsculo en comparación a los miles de extranjeros que estudian formas de budo modernas en Japón. Una estimación generosa de los no-japoneses que han obtenido una instrucción seria en un koryu sería de no mas de unas pocas docenas. Sus intereses y experiencias tienden a crear un cierto ambiente de exclusivismo. Se conocen entre si de una forma completamente ajena para las enormes y principalmente anónimas organizaciones relacionadas con el budo moderno. Esta consideración es importante, teniendo en cuenta que los representantes de un koryu que declaren ser legítimos pero que sean desconocidos para esta fraternidad de practicantes, serán vistos con considerable suspicacia por estos.

No hay más ciego que el que no quiere ver.

En contraposición a este grupo de practicantes extranjeros de koryu están aquellas personas interesadas en estas artes que han intentado involucrarse con el bujutsu de diferentes maneras. Hay muchas de estas personas. Hay, de hecho, las suficientes como para crear un gran mercado de artes marciales clásicas, y como con cualquier apetito, ha habido aquellos dispuestos para satisfacerlo, para presentar un producto. Como resultado, hay muchos, muchos individuos en occidente a los que se les ha hecho creer que están aprendiendo las técnicas de un koryu u otro. Están, con mas exactitud, siendo engañados para que lo crean. El fraude y el engaño relacionados con el bujutsu clásico se han vuelto un aspecto triste y censurable del panorama de las artes marciales en EEUU. No tan despreciable pero igualmente lamentable ha sido la cantidad de confusión y desinformación que ha caracterizado las percepciones occidentales de estas tradiciones marciales.

Los problemas encontrados por el aspirante a bugeisha, el practicante de un bujutsu, son variados. A un extremo del espectro, encontramos a aquellos estudiantes aprendiendo un sistema legítimo de combate de la era feudal, pero que lo hacen con un 'maestro' que carece del permiso de un maestro previo que le haya concedido una licencia para transmitir el sistema (También a este lado del espectro hay al menos un caso donde el maestro en realidad ha recibido un permiso oficial para enseñar mas por razones sentimentales o políticas que por su habilidad técnica, siendo, simplemente, incompetente como instructor.) Al otro extremo están aquellos charlatanes que han inventado sus propios sistemas, transmitiéndolos con linajes falsificados y otras pruebas falsas. Todos estos problemas comparten una fuente común, relacionada con algunos malentendidos fundamentales acerca de la naturaleza del bujutsu y los koryu, que han sustentado y alimentado estos problemas.

Los Koryu

El ryu en si es algo misterioso para el mundo moderno. Es una institución completamente feudal. Su historia es fascinante. Como con cualquier combate organizado, el tipo de penalidades enfrentadas en la batalla por el samurai del antiguo Japón requería de una cohesión virtualmente inviolable entre los guerreros individuales para crear una unidad efectiva, funcional. En no poca medida, el ryu servía para establecer esta conexión. Lealtad, identificación con el grupo, la voluntad para situar los objetivos del conjunto por encima de los propios (específicamente, el instinto de supervivencia); estas cualidades era tan cruciales para el mantenimiento y la supervivencia del ryu como la transmisión de la habilidad técnica. En consecuencia, el ryu puede ser entendido en términos de "familia" tanto como de escuela, o tradición distintiva.

Era y es muy distinto del las formas modernas de budo dojo comercial, en al menos tres aspectos importantes:
Uno: en el koryu no hay "campeones." Una escuela de karate puede mostrar una o dos estrellas que brillan en las competiciones (y que a menudo usan a otros miembros de la escuela como poco mas que sparrings con los que entrenar). Pero el koryu es, acorde a lo demostrado en el campo de batalla, solo tan fuerte como el más débil de sus eslabones. Por tanto, hay un sentimiento de responsabilidad entre sus miembros respecto al desarrollo y aprendizaje de todos y cada uno.

MAESTRO SAIGO TAKAMORI

En este sentido, los koryu no son tan egocéntricos como los budos modernos. Si el dojo de budo actual realmente quisiera hacer las cosas "al estilo samurai" como a menudo imaginan o publicitan, podrían empezar de esta manera: en el próximo torneo, cada competidor representante de la escuela debería dejar de lado todos sus trofeos a no ser que la mayoría de sus compañeros de dojo hayan ganado también sus combates. Después de todo, en el campo de batalla, donde el verdadero camino del samurai se ponía en practica, los logros individuales eran relativamente insignificantes a no ser que la mayor parte del grupo triunfara.

En segundo lugar, el ryu depende de un método pedagógico muy diferente del que se usa para enseñar judo, aikido o karate actualmente. El practicante de budo moderno sigue una forma de entrenamiento estandarizada. Es forzado a realizar numerosas concesiones para aprender en una clase numerosa. Con cuarenta o cincuenta estudiantes, pueden pasar meses antes de que el estudiante de karate o aikido, por ejemplo, pueda esperar cualquier tipo de atención individual por parte de su maestro. (Un conocido instructor de aikido americano, ha explicado claramente en varias entrevistas que no todas las personas que practican en su dojo son sus alumnos. Solo después de haber perseverado lo suficiente como para alcanzar un nivel técnico determinado les ha considerado auténticamente suyos).

El practicante de un koryu sigue una forma fija también en su entrenamiento, aprendiendo técnicas o katas de una forma vagamente prescrita. Pero su maestro, debido a la misma naturaleza del ryu, confina sus enseñanzas a un grupo reducido. Desde el principio de su enseñanza, el estudiante de un koryu recibe una instrucción muy individualizada. Un epigrama de un koryu lo explica de esta manera: "Diez estudiantes distintos, diez artes distintas." El profesor se adapta al alumno.

A veces, en aquellos koryu en cuyo curriculum se ve envuelta más de una única arma, un estudiante puede empezar aprendiendo un arma mientras que a otro que empieza simultáneamente se le enseña otra distinta. Esta instrucción virtualmente personalizada implica que el sensei de un koryu puede tener en cuenta diferencias en el físico, temperamento y transfondo de sus estudiantes y enseñarles de acuerdo a estos rasgos. Todos acabaran por aprender las mismas cosas si continúan practicando. No las aprenderán, sin embargo, a la vez o de la misma manera. Esta enseñanza individualizada es casi imposible en un dojo de budo con docenas y docenas de miembros los cuales deberán, por cuestiones logísticas, aprender lo mismo al mismo tiempo.

Aun mas importante, sin embargo, es que el koryu individual existe como un grupo social propio. Es, como se ha dicho anteriormente, muy parecido a una familia. Esto implica una disponibilidad limitada hacia las personas ajenas, al igual que una familia tiene una flexibilidad limitada, si pretende mantenerse como unidad familiar, para aceptar la entrada de extraños.

Hay que considerar lo siguiente: aparte de haber nacido o ser adoptado dentro de una, para entrar en una familia solo es posible hacerlo mediante el matrimonio. Pensemos durante un momento cuan prolongado es este proceso. ¿Cuanto tiempo puede llevarle a un cónyuge o cuñado/a para estar plenamente integrado dentro de la familia? ¿Cuanto tiempo antes de que se aprenda todos los motes, historias familiares, aprenda en que armario se colocan los platos en su casa, o cual es la mejor manera de tratar al tío Henry cuando se emborracha y empieza a contar relatos descoloridos de sus visitas a los burdeles de Manila durante la guerra? Es un proceso largo, que no se puede apresurar. No hay atajos para ser absorbido dentro de la familia, formar parte de un grupo reducido así sin mas. Y la mayor parte de nosotros hemos tenido experiencias, en nuestras propias familias, de aquellos que desean entrar pero sencillamente no pueden. Debido a su personalidad o debido a la misma naturaleza de la familia, algunas personas nunca encajaran del todo. No se puede hacer un "seminario" para enseñar a estas personas lo que necesitan saber, o como han de comportarse para ser aceptados. No se puede forzar a alguien a encajar dentro de una familia si esto no se produce de forma natural.

Esta analogía es completamente válida para describir a un koryu típico. Su estructura les hace inapropiados para el acceso de un número extenso de gente ajena. Había una película de hace unos años, que quizás haya podido ver en televisión o video, llamada "The challenge". Contaba con Toshiro Mifune y el actor Scott Glenn, y contenía escenas de un entrenamiento en grupo de lo que se suponía era una escuela de koryu. Parejas de compañeros de práctica se situaban ordenadamente alineados en la película, y simultáneamente realizaban movimientos coreografiados. Esta puede ser la manera que alguien que no haya visitado nunca uno piense que se lleva un grupo de koryu.

Pero para aquellos que hayan visitado o entrenado en un koryu real, estas escenas les parecerán particularmente falsas. La instrucción en masa nunca ha sido un rasgo de estas artes y nunca lo podrá ser. Son necesarios años para instruir e impartir todas las técnicas, el conocimiento, y la historia de un koryu a un solo estudiante. Es una inversión considerable de tiempo, e implica mas una relación maestro-aprendiz, que la imagen del profesor al frente de la clase en el modelo educativo moderno. Es una relación extremadamente cercana, y la personalidad del sensei afectara, sin duda alguna, al carácter de sus estudiantes. Este vínculo solo puede desarrollarse apropiadamente por una interacción casi diaria entre ambos, tanto en el entrenamiento como en otras actividades.

Una vez que una persona tiene este conocimiento básico de la naturaleza de 'familia' de un koryu legítimo, y como la instrucción individualizada limita la participación masiva, puede ver cuan largo y cuan cercano es el proceso a inculcar a alguien dentro de un ryu, los método que tipifican a un ryu falso parecerán bastante inapropiados, como poco. ¿Puede entenderse pues el desden con el que se reciben anuncios de 'seminarios' abiertos a todos los que paguen una tarifa, que proponen la enseñanza de un arte marcial clásico?

¿Comercialismo de los Koryu?

Todo el asunto del comercialismo en el koryu es algo difícil de entender para nosotros en el siglo XX, con nuestras sociedades basadas en el mercantilismo. Cuando surge el tema, aquellos que declaran enseñar un sistema clásico a cambio de una remuneración invariablemente señalan un único episodio de la historia de las artes marciales para justificar sus acciones. Citan el caso de Ueshiba Morihei, fundador del aikido, que pago una suma especifica a cambio de ciertas técnicas particulares enseñadas por su a veces maestro, Takeda Sokaku, instructor de Daito-ryu. Esto resulta ser un non sequitor debido a que: a) Ueshiba ni siquiera había nacido hasta después del final del periodo feudal de Japon; b) Daito-ryu no se corresponde con un los estándares de un koryu de forma estricta, y c) Takeda Sokaku puede apenas ser considerado un maestro típico en la tradición de un koryu.
Históricamente, el pago por la instrucción en un koryu era mayormente un hecho histórico dudoso. El ryu habría sido financiado por un clan o un daimyo (jefe del clan) al que pertenecía su director (cabeza del ryu), que a su vez podría haber tenido otras labores administrativas que realizar en añadidura a sus responsabilidades de enseñanza de artes marciales. Otros maestros de bujutsu enseñaban bajo los auspicios de un templo Budista que servía como hogar espiritual de un ryu en particular. A día de hoy, casi nadie en Japón se gana la vida enseñando un koryu legítimo, se trata de una vocación. Las tarifas de entrenamiento de un dojo son mínimas, y se usan normalmente para el mantenimiento de las instalaciones de entrenamiento. Cualquiera que declare enseñar un bujutsu clásico y que cobre unas sumas exhorbitadas debería ser sometido al mas cuidadoso escrutinio. De las crudamente, media docena de autoridades que conozco que instruyen algún tipo de sistema de koryu en los EEUU, ninguna cobra por sus enseñanzas u obtiene un beneficio económico.

El Koryu y su lugar en la sociedad Japonesa.

Otro aspecto histórico del koryu que causa malentendidos afecta a su lugar en la sociedad japonesa. Mas de un sucedáneo de "ryu clásico de artes marciales" que se vende en EEUU intenta explicar su linaje como un sistema "secreto" que escapo a la atención, deliberadamente o de manera inadvertida, de los investigadores que cuidadosamente han catalogado a los ryus marciales japoneses, existentes o extintos. Hace no mucho, se me envió una extremadamente entretenida colección de cartas entre un investigador de bujutsu en Japón y un estudiante de alto grado de un supuesto koryu practicado únicamente en los EEUU. El investigador preguntaba sobre la historia del ryu. El estudiante tenía toda clase de las mas 'curiosas' explicaciones para que su ryu no hubiera llamado la atención de cualquier investigador serio de artes marciales del mundo. El linaje del ryu había sido dejado fuera de este u otro libro por accidente, dijo al principio. El instructor jefe del ryu fue forzado a vivir anónimamente después de la segunda guerra mundial debido a las políticas anti- artes marciales durante la ocupación, dijo mas tarde. Siguió y siguió de esta manera y el investigador de manera tranquila y lógica, refutó cada uno de sus inventos.
Cierto, dijo, los libros han dejado fuera algún ryu accidentalmente. Pero resulta poco probable que cada diccionario de koryus japoneses deje fuera al mismo ryu debido al mismo error. ¿Y por qué otros maestros no se vieron forzados a vivir en la clandestinidad y ocultar su ryu? El intercambio terminó cuando el estudiante fue llevado a sugerir que toda la historia es subjetiva y que en ningún caso la historia de los distintos koryus es del todo fiable desde la perspectiva académica. Esta postura es bastante cercana, intelectualmente, a la de aquellos que insisten que el holocausto nunca ocurrió, y uno nunca sabe si continuar intentando razonar con ellos, o meramente apenarse por ellos y sus tristes delirios.

El "ryu secreto" es una historia conveniente para explicar la falta de documentación histórica externa o de pruebas que puedan ser verificadas independientemente. Pero la verdad es, que en los términos de un koryu, se trata de una historia que no tiene mucha credibilidad. Recordemos este hecho: El ryu marcial en el Japón feudal era una unidad política. El ryu existía para proteger los intereses de un clan o un daimyo. Un "ryu clandestino" habría sido tan viable y tan efectivo como un partido político clandestino en una democracia. ¿Es imaginable intentar persuadir a los votantes de que apoyen a un partido al tiempo que se oculta el hecho de que dicho partido existe? No. Tarde o temprano, para que el partido sea eficiente, su presencia ha de darse a conocer. Un ryu no era tan distinto en la era feudal (Aunque por supuesto, hoy puede serlo: muy, muy pocos japoneses son conscientes de la existencia del koryu) Ciertamente todos los ryus de bujutsu tienen sus secretos. ¿Pero un ryu secreto? No en Japón. Si no es exactamente secreto, otros impostores declaran, su ryu es sencillamente tan desconocido que ha sido pasado por alto por los numerosos expertos e historiadores en artes marciales. Se trata de una declaración interesante - No porque sea cierta; casi invariablemente no lo es - sino porque revela como una cultura (la nuestra, en este caso) puede mezclar su propia historia y costumbres sociales con la de otra (en esta instancia, la de Japón).

Contextos mal entendidos

Estados unidos es un país grande, muy grande. Siempre ha sido un país que permitía, en comparación al resto del mundo, una igualmente enorme libertad en la vida personal de sus ciudadanos. Daniel Boone no tuvo que consultar con ninguna autoridad o agencia gubernamental para abandonar Pennsylvania e ir a la lejana frontera de Kentucky. Se fue de la misma manera en la que uno puede irse de vacaciones un fin de semana. Ni nosotros ni el necesitamos permiso para viajar o decir a las autoridades a donde vamos y cuando se espera nuestro regreso.

Boone no relleno ningún formulario o llevo ningún tipo de documentación oficial consigo. Para la frustración de muchos genealogistas, el mantenimiento de tales registros es escaso. Si yo dijera que mis antepasados empezaron una tradición alfarera en la zona norte de Georgia y que yo sigo haciendo a día de hoy el mismo tipo de alfarería en mi casa de Oregón, habría muy pocas pruebas para disputar mi relato. ¿Como podría hacerse? Se podría preguntar si hay cualquier mención de la ocupación de mis antepasados como alfareros en la Georgia colonial en cualquier censo antiguo. Pero podría alegar que no, ya que vivían en los bosques de los Apalaches donde los encuestadores del censos nunca llegaron. Nunca se les obligo a "registrar" su oficio, ni tuvieron que tener ningún tipo de documentación para su posterior emigración a Oregón.

Resumiendo, mi relato es perfectamente creíble en el contexto de la historia y cultura americana. Un japonés declarando un tipo similar de pasado artístico, sin embargo, no podría falsificarlo desde el momento en que un grupo interesado comprobara registros voluminosos y extenso que son fácilmente disponibles de manera publica en Japón.

Japón es un país pequeño. Casi siempre ha sido sedentario a la hora de hablar de la población. Y debido al control de los daimyos sobre virtualmente el país entero, había registros de casi cada persona en los dominios de dichos líderes. Seria altamente posible, si yo fuera un japonés con raíces ancestrales en el arte de la alfarería, establecer el inventorio de la cerámica de mis predecesores para un año determinado, descubrir exactamente donde estaban situados sus hornos de cerámica, y sin duda descubrir si se habían mudado a otra parte del país; estos serían, en la mayor parte de los casos, hechos sencillos de descubrir. Habría anotaciones de éstos en registros locales y provinciales.
Esta situación es muy similar a la que se puede encontrar entre los practicantes de artes marciales en Japón. La información disponible para los investigadores y académicos de las artes marciales es asombrosa. Si hay cualquier problema para reconstruir la historia de los distintos koryus es que a menudo hay un exceso de información. Requiere paciencia el cohesionarla por entero. Escarbando un poco, no es solo posible descubrir los hechos básicos acerca de los miles de koryus que han existido, sino sus linajes, completos o casi, al igual que todo tipo de detalles cotidianos acerca de las vidas y actividades de antiguos maestros. Es posible que un koryu se haya colado a través de esta red tan estrecha y extensa de información. Pero si un estudiante potencial de una tradición tal esta considerando unirse a ella y estudiarla en EEUU, debe estar dispuesto a apostar por dos hechos improbables. Debe creer que el ryu ha pasado sin detectar por la estrecha red del escrutinio e investigación histórica. También debe creer que un americano fue capaz de entrar y aprender un sistema tan poco conocido, y que ahora tiene legitimidad para enseñar un ryu del que los japoneses ni siquiera han oído hablar.

No quiero exagerar la situación. Es posible que un arte haya crecido en la oscuridad, rodeado de unas tinieblas tan profundas que todos los demás practicantes de artes relacionadas se hayan mantenido desconocedores de su existencia. Y los registros de Japón se vieron sometidos a una guerra mundial que destruyo todo tipo de documentos. Pero resumamos todo el tema de los koryus secretos o extraños que se enseñan en EEUU. Los relatos que rodean a estos sistemas son sin duda atrayentes. Evocan escenas románticas y emocionantes de fortalezas montañosas pobladas por arrugados maestros que enseñan profundos y mortales misterios a sus leales acólitos. Miremos, sin embargo, a los hechos históricos. Un daimyo gobernaba sus tierras a través de los impuestos que sometía a sus súbditos. Se preocupaba constantemente por posibles insurrecciones o movimientos políticos clandestinos. ¿Parece plausible que no fuera consciente de tal clan de maestros ocultos viviendo en sus tierras, su propiedad, sin que pagaran impuestos?, ¿Les permitiría seguir practicando en secreto un arte marcial que podría, con toda seguridad, ser usado contra sus propios samuráis si permitiera que continuara?

Los daimyo normalmente ascendían al poder, y casi siempre se mantenían en el, mediante el control de las cosas. Las carreteras, los viaductos, la gente bajo su gobierno. Y no es como si existiera una lejana frontera a la que su autoridad no llegara. Los castigos eran estrictos y duros incluso para amenazas pequeñas para su mandato. No se los demás, pero yo tendría serias dudas acerca de las historias sobre ryus marciales "secretos" que pueden haber sobrevivido en estas condiciones.

Transmisión de un Koryu

La forma en la cual un koryu se mantiene y se transfiere, es aun otra fuente de malentendidos para los entusiastas occidentales de las disciplinas marciales japonesas clásicas. Los bujutsu de Japón comparten una estructura interna casi idéntica a la de aquellos ryu dedicados al arte del cuidado de las flores (ikebana), la ceremonia del te (chado), y otras artes del periodo feudal. La estructura se conoce como sistema iemoto. ¿Han pensado alguna vez sobre quien "posee" en realidad un arte marcial? Hay leyes de copyright que evitan el uso del nombre 'Japan Karate Association', cierto. Pero no se te puede castigar legalmente por enseñar todas las katas u otros métodos de la JKA, incluso aunque los hayas aprendido viendo videos y nunca hayas recibido el beneplácito de la JKA en absoluto. Lo mismo es cierto para las distintas escuelas de aikido o cualquier tipo de budo japonés.

Un ryu marcial clásico, sin embargo, fue de hecho poseído, en cierto sentido. Era la propiedad, literalmente, de su fundador y sus descendientes. El creador, o iemoto, designaba a su sucesor, que seria el siguiente director o 'poseedor' del sistema. La línea de sucesión era a menudo familiar, de padre a hijo mayor. En ocasiones la adopción podía haber sido necesaria para continuar con el linaje. Otros ryus fueron pasados a discípulos de confianza de fuera de la familia. El hecho principal de cara a entender el sistema iemoto, es que la responsabilidad, el privilegio de enseñar y transmitir un koryu fue y sigue siendo controlada estrechamente. Es completamente diferente de un budo moderno como el karate-do, donde cualquiera en cualquier momento es libre de empezar a enseñar.

Los diferentes koryus que existen hoy en día tienen posturas distintas sobre el tema de a quien le esta permitido enseñarlos. En la mayoría, una licencia de maestría no es necesariamente en si misma un permiso para enseñar. Para poder impartir una instrucción, se debe de buscar un permiso específico (o serle dado) por el actual director o líder del sistema. En otros, la designación de maestría es una declaración oficial de que el poseedor del titulo tiene un permiso de facto para impartir instrucción de el ryu. En algunos casos, a aquellos que hayan obtenido la maestría del ryu, se les dará un permisolimitado para enseñar ciertos aspectos del curriculum, con el entendimiento de que los estudiantes de este maestro buscaran eventualmente la tutela del director (headmaster) u otro maestro mas veterano. (Este es precisamente el caso de un exponente de un koryu que es enseñado actualmente en los EEUU. El 'maestro' dejo Japón para perseguir una oportunidad de negocio. Careciía de una instrucción avanzada en el ryu, aunque deseaba continuar con su entrenamiento. El líder de el ryu le dio un permiso informal para enseñar algunos rudimentos del arte a un número limitado de estudiantes. Pero es importante reconocer que tal instrucción no puede considerarse el equivalente a ser miembro de un ryu ni aquellos que reciben estas enseñanzas tener ningún tipo de falsas concepciones respecto a su estatus en el sistema). El aspirante a practicante de un koryu debe hacer todo esfuerzo posible para aprender como se mantiene la jerarquía de enseñanza de un koryu en particular antes de empezar su asociación con este. Esto es vital si la enseñanza se imparte fuera de Japón. Si esta satisfecho al haber entendido el criterio de enseñanza y cree que su posible maestro lo cumple, debería sentirse confiado en comenzar el aprendizaje del arte bajo dicho tutelaje.

Un buen ejemplo es el de Katori Shinto-ryu. El mas antiguo de los koryus marciales practicados aun en Japón. El actual iemoto es Izasa Yasusada, un descendiente de la 20ª generación del fundador del ryu, Iizasa Choisai lenao. Su mala salud impide que el actual cabeza del ryu pueda seguir enseñándolo. Tal responsabilidad ha caído en los hombros del instructor jefe designado, Otake Risuke, que enseña en su dojo en Narita. La mayor parte de los lectores conocerán esto. Hay, sin embargo, al menos otras tres personas que enseñan actualmente el curriculum de Shinto-ryu. Estos tres maestros tienen varios grados de experiencia en el arte. Ciertamente todos ellos pueden probar que han estudiado Shinto-ryu. Ninguno de los tres, sin embargo, puede declarar o declara que se le haya otorgado permiso por parte del director del ryu para hacer lo que hacen.Para algunos aspirantes, la experiencia de estos tres puede ser suficiente. Todos tienen estudiantes en los EEUU. Otros aspirantes, por el contrario, pueden declinar el practicar cualquier tipo de Shinto-ryu a no ser que sean aceptados por el linaje principal del ryu. Pero todos deben ser conocedores de los hechos y tomar sus decisiones consecuentemente.
Es el conocimiento de los hechos lo que es mas crucial para un potencial estudiante de un koryu. Necesita de los hechos para aprovechar la oportunidad (y es una extremadamente rara) para empezar a estudiar un koryu que pueda ser disponible en occidente. Mas probablemente, necesitara de los hechos para apartarse de los koryus fraudulentos, o de aquellos maestros que sinceramente crean estar impartiendo un auténtico sistema clásico de estrategia de combate cuando no es así. Aun mas importante, conocer los hechos que rodean al bujutsu es la mejor manera de ver a estos maravillosos artes antiguos no como a otros les gustaría verlos, de una manera romántica, sino como son en realidad.Una razón por la que los koryus fraudulentos y los sucedáneos de 'maestro' han proliferado en occidente es una (a riesgo de sonar sexista) caballerosa renuncia a criticar de manera oral o escrita a otros en nombre de los miembros y las autoridades legítimas de un koryu. También ha habido una actitud de 'cualquiera lo bastante tonto como para involucrarse con un koryu falso se merece lo que obtenga'. Sin duda parte de esta reticencia a hablar brota del obstinado, casi religioso fervor con el cual los adherentes de estos koryu fingidos los apoyan y defienden.

Mi propia experiencia en el trato con estos individuos ha sido ilustrativa. Al igual que la correspondencia que mencionaba anteriormente, entre el investigador de Japón y el estudiante avanzado de un falso 'maestro' en los Estados Unidos, frente a la aplastantemente objetiva evidencia que se les presenta para mostrarles que el sistema que están estudiando no tiene una realidad histórica, su respuesta, patéticamente, es a menudo 'mi profesor dice que es así'. Llegados a este punto, el investigador debe de concluir en que esta tratando con una persona atrapada en un sistema de creencias. Los hechos no son tan importantes para estas personas como las imágenes, tanto las propias como las de sus profesores, que afirman una particular visión de las cosas.

Afortunadamente, no todos los individuos que entrenan en un koryu falso son tan dogmáticos. Algunos, a través de sus propios esfuerzos o aproximándose a los expertos con sus preguntas, acaban por descubrir que están siendo engañados. Una valerosa y refrescantemente honesta confesión apareció recientemente en una publicación de artes marciales. El escritor admitió haber caído en las redes de un de un deshonesto instructor de un koryu falso y que el había contribuido al problema mediante la creación de katas y otros aspectos del entrenamiento por su cuenta. A diferencia de otros que se aferran al falso ryu, este individuo, de acuerdo a lo que escribía, vino a darse cuenta de que nunca alcanzaría las metas que le habían llevado a la búsqueda del bujutsu en primer lugar si continuaba por ese camino. En mi opinión, esta persona ha dado un enorme paso adelante en su aproximación a las artes marciales clásicas y de cara a la maestría personal.

La intención de este artículo no es ridiculizar ni despreciar injustamente. Si el lector tiene la oportunidad de entrenar en un auténtico koryu en este país y siente la motivación de hacerlo, entonces debería hacerlo por todos los medios. (Como ya debe ser evidente, esta es una oportunidad de lo más improbable para la mayoría. Comente anteriormente que solo recuerdo media docena de expertos reales en un koryu viviendo en EEUU. Todos mantienen una perfil bajo. Algunos no tienen un solo estudiante en la actualidad, otros no tienen mas de tres o cuatro. Ninguno - y este es un punto crucial - ninguno de ellos es en lo mas mínimo evasivo respecto a su historial de entrenamiento o sus cualificaciones si se les pregunta. Cada uno de ellos puede dar las direcciones de sus maestros y el dojo en el que entrenaron en Japón y puede mostrar documentación y genealogías que pueden verificarse con facilidad en ese país).

Las disciplinas marciales clásicas japonesas son una rica fuente de valor físico, espiritual y social. Son un tesoro tan precioso como cualquier obra de arte. Si el aspirante a practicante no debe apresurase para acabar por entrar en un ryu de legitimidad cuestionable, tampoco debe adoptar una actitud de cinismo que le lleve a obviar la oportunidad de unirse a un koryu. (Me recuerda a la quizás principal autoridad en temas de koryu fuera de Japón, un académico, escritor, y auténtico maestro que supervisa a un pequeño grupo de alumnos de su arte en Hawaii. Le ha ocurrido en mas de una ocasión que un espectador de las sesiones de entrenamiento al aire libre ha preguntado sobre la posibilidad de unirse, solo para perder interés cuando se le explica que el maestro es de origen caucásico en lugar de japonés).

Para volver, si se me permite, en resumen, a la analogía de los verdes pastos. El bujutsu es una verde pradera para todos aquellos dispuestos y capaces de entrar en ella. Los que no puedan entrar pueden mostrar una verdadera apreciación y respeto por estas artes al evitar comprometerlas aceptando una imitación barata. Si se trata de un paisaje que solo puede admirarse en la distancia, aquellos que realmente admiren el bujutsu en occidente mostraran la naturaleza de su carácter haciendo exactamente eso.

lunes, 16 de agosto de 2010

AIKIDO : declarado por la ONU como arte marcial de la PAZ

Por Pablo Dario Gabusi


AIKIDO, declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como arte marcial de la PAZ y como mejor arte marcial de defensa, lsu internacionalización es lograda recién en el año 1980 en el III Congreso de la Federación Internacional de Aikido. Cuando las artes marciales se trasplantan a otros países, algunas Artes Marciales parecen perder sus características tradicionales y se convierten en un asunto solo de habilidad física, de manera que el centro del Arte se desplaza a los países que generan mejores competidores físicamente fuertes y técnicamente habilidosos. Ésta es una consecuencia de la Internacionalización. En lo que se refiere al AIKIDO, su esencia está integrada por la singularidad de la filosofía Japonesa. El significado de la internacionalización no es, pues que la tradición original se internacionaliza, sino que los practicantes de Aikido de todos los países se transforman y se unen a esa tradición.


La experiencia me indica que muchos que se acercan al aikido están impresionados por la espiritualidad japonesa y se dirigen al aikido porque parece que es lo mejor que simboliza esto. Y una vez que comienza el entrenamiento conocen la unidad del “YO” con el propio cuerpo con la naturaleza, y con el universo, y se convierten en alumnos para toda la vida.


Este tipo de acercamiento al Aikido origina una apreciación muy intelectual de su esencia, debida quizá al hecho de que entre los occidentales el Aikido tiende a atraer a gente educada y reflexiva, y puesto que son inteligentes, captan el Aikido tanto en su particularidad (la más alta expresión de espiritualidad japonesa) como en su universalidad (la belleza y racionalidad de los movimientos del Aikido).

Todo el secreto del Aikido reside en el significado de su mismo nombre: Ai=unión, Ki=espíritu, energía vital, Do= camino, en conjunto “El camino de unión y armonía con el universo”, por tanto es evidente que este arte es algo más que un simple estilo de lucha corporal y que en auténtico adepto ejerce una profunda influencia vital capaz de transformar y mejorar su personalidad y como consecuencia su vida.

Los continuos y rápidos cambios de formas de vivir, la ausencia de valores estables de la civilización actual imponen al individuo un esfuerzo constante de adaptación que acaba por alterar su sistema regulador y su equilibrio psicológico. Cual es la misión del aikido?.El Aikido en sus prácticas permite a nuestra personalidad definirse tal cual es, en su conjunto, el deseo de ser el más fuerte, el instinto de combatividad, el miedo a la agresión, el sentido egoísta, la vanidad, etc.,es decir ,todo aquello que motiva la mayoría de nuestras acciones ordinarias se manifiesta, pero no habiendo nada en el aikido que favorezca el desarrollo de estos efectos, acaban, por desvanecerse sustituidos por otras cualidades como la amistad, la solidaridad y la prosperidad mutua que la práctica va inculcando en el adepto.

Visto así, el aikido se convierte en un arte de autodisciplina en el que las técnicas no son más que el medio para conocer nuestras limitaciones, mejorar nuestras facultades físicas y psíquicas y pulir nuestro “YO”.

Fragmentos de "EL ARTE DE LA PAZ" Escrito poe Morehei Ueshiba.

El Arte de la Paz comienza contigo.

Trabaja sobre ti mismo y con la tarea que te ha sido asignada en el Arte de la Paz.


Todos tenemos un espíritu que puede ser refinado, un cuerpo que puede ser entrenado de cierta manera, un sendero conveniente para seguir.

Estás aquí con el solo propósito de darte cuenta de tu divinidad interior y manifestar tu iluminación innata. Alimenta la paz en tu propia vida y luego aplica el Arte a todo lo que encuentres.

El Arte de la Paz está basado en cuatro grandes virtudes: valor, sabiduría, amor y amistad, simbolizadas por el Fuego, el Cielo, la Tierra y el Agua.

No son necesarios edificios, dinero, poder o prestigio para practicar el Arte de la Paz. El cielo está exactamente allí donde te hallas y ese es el lugar para entrenarse.

Todas las cosas, materiales y espirituales, surgen de una misma fuente y están relacionadas como si formaran una familia. El pasado, el presente y el futuro están contenidos en la fuerza de la vida.

El Universo emergió y se desarrollo desde una fuente única, y nosotros evolucionamos a través del proceso óptimo de unificación y armonización.

El Arte de la Paz es la medicina para un mundo enfermo.

En el mundo existen el mal y el desorden porque la gente ha olvidado que todas las cosas emanan de una sola fuente. Regresa a esa fuente y deja atrás todo pensamiento auto centrado, todo deseo mezquino y toda ira. Aquellos que son poseídos por la nada poseen todo.

Si no te has unido a la verdadera vacuidad, nunca comprenderás el Arte de la Paz.

Ocho fuerzas sostienen la Creación: movimiento y quietud, solidificación y fluidez, extensión y contracción, unificación y división.

La vida es crecimiento. Si detenemos el crecimiento, técnica y espiritualmente, somos tan útiles como cadáveres.

El Arte de la Paz es la celebración del enlace del cielo, la tierra y la humanidad. Es todo lo verdadero, lo bueno y lo bello.

Contempla las obras de este mundo, escucha las palabras del sabio y toma todo lo que es bueno como propio. Con esto como base, abre tu propia puerta a la verdad. No desprecies la verdad que está justo ante ti.

Observa como fluye el agua en el arroyo de un valle, suave y libremente entre las rocas.

Aprende también de los libros sagrados y de la gente sabia. Cada cosa — incluyendo ríos y montañas, plantas y árboles — debería ser tu maestro.

No dejes de aprender de la voz pura del arroyo de montaña que fluye eternamente salpicando las rocas.

La paz se origina con el fluir de las cosas, su corazón es como el movimiento del viento y de las olas.
Si estás separado siquiera un poco de la esencia divina, estás lejos del sendero.

Tu corazón está lleno de semillas fértiles esperando brotar. Del mismo modo que una flor de loto surge del lodo para florecer en todo su esplendor, la interacción de la respiración cósmica hace florecer el espíritu para que de fruto en este mundo.

Estudia las enseñanzas del pino, del bambú y del pimpollo del ciruelo. El pino está siempre verde, firmemente enraizado y es venerable. El bambú es fuerte, resistente e inquebrantable. El pimpollo del ciruelo es vigoroso, perfumado y elegante.

Mantén siempre tu mente tan luminosa y clara como el vasto cielo, el gran océano y el pico más alto: vacía de todo pensamiento.

Mantén siempre tu cuerpo lleno de luz y calor. Llénate a ti mismo con el poder de la sabiduría y la iluminación.

El Arte de la Paz no es fácil. Es una lucha hasta el fin, la matanza de los malos deseos y de la falsedad interior. En algunas ocasiones, la voz de la paz resuena como un trueno, sacudiendo a los seres humanos y sacándolos de su letargo.

Para practicar adecuadamente el Arte de la Paz debes: calmar el espíritu y retornar a la fuente. Eliminar toda malicia, egoísmo y deseo para limpiar el cuerpo y el espíritu.

Sentir eterna gratitud por los dones recibidos del Universo, de tu familia, de la Madre Naturaleza y de tus semejantes.

La única cura para el materialismo es la limpieza de los 6 sentidos (ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente).

Si los sentidos están obstruidos, la percepción se enturbia. Cuanto más turbia la percepción, más se contaminan los sentidos. Esto crea desorden en el mundo y ese es el mal más grande.

Refina tu corazón, libera los 6 sentidos y déjalos funcionar sin obstrucciones, y tu cuerpo y alma enteros brillarán.

Desde tiempos antiguos, el valor y el conocimiento han sido los dos pilares del Sendero: a través de la virtud del entrenamiento, ilumina tu cuerpo y tu espíritu.

El camino del guerrero se basa en la humanidad, el amor y la sinceridad; el corazón del valor marcial es verdadera valentía, sabiduría, amor y amistad.

Acentuar los aspectos corporales de la calidad del guerrero es inútil, porque el poder del cuerpo siempre es limitado.

El verdadero guerrero siempre cuenta con tres armas: la radiante espada de la pacificación; el espejo de la valentía, la amistad y la sabiduría; y la piedra preciosa de la iluminación.

Herir a un oponente es herirte a ti mismo. El Arte de la Paz es controlar la agresión sin producir daños.

Una buena postura refleja la actitud correcta de la mente.

La clave de la técnica es mantener manos, pies y caderas derechas y centradas. Si estás centrado, puedes moverte con libertad. El centro de tu cuerpo es el vientre; si tu mente también está allí, tienes la victoria asegurada en toda acción.

Muévete como un haz de luz; vuela como el rayo, golpea como el trueno, gira en círculos alrededor de un centro firme.

Las técnicas emplean cuatro cualidades que reflejan la naturaleza de nuestro mundo.

Según las circunstancias debes ser duro como el diamante, flexible como el sauce, de suave fluir como el agua, o tan vacío como el espacio.

Si tu oponente te ataca con fuego, responde con agua, hazte totalmente móvil y de libre fluir.

El agua, por su naturaleza, nunca choca con nada ni se quiebra. Por el contrario, absorbe todo ataque y queda indemne.

Cada día de la vida humana contiene ira y alegrías, dolor y placer, luz y oscuridad, crecimiento y decadencia. Cada momento está marcado con el gran propósito de la naturaleza, no trates de oponerte o negar el orden cósmico de las cosas.

La vida misma es siempre una prueba. Al adiestrarte debes ponerte a prueba y refinarte para poder afrontar los grandes desafíos de la vida.

Trasciende los límites de la vida y la muerte, y entonces serás capaz de enfrentar con calma y seguridad cualquier crisis que se te presente.

Agradece siempre, incluso las derrotas, las penurias y a las personas malas. Aprender a moverse con tales obstáculos es una parte esencial del entrenamiento en el Arte de la Paz.

El fracaso es la clave del éxito. Cada error nos enseña algo.

Tu espíritu es el verdadero escudo.

El Arte de la Paz es una forma de plegaria que genera luz y calor.

Olvida tu pequeño ser, libérate del apego a todo objeto, y emanarás luz y calor.

La luz es sabiduría; el calor es compasión.


KISHINTAI DOJO
Bogotá, Colombia
Calle 125 Bis No 20-66 piso 3ero
Cel: 3005676969

domingo, 15 de agosto de 2010

VIDEO KISHINKAI DOJO

TALLER DE IAIDO Y KENJUTSU


PARQUE SIMÓN BOLÍVAR, Bogotá (templete eucarístico)


Es el momento perfecto para todos aquellos que, practicantes o no de artes marciales, se inicien en el conocimiento de dos de las artes que caracterizaban a los antiguos Samurai.

El taller tendrá un valor de $100.000, o un solo día de $70.000
Quienes no posean espada en madera (Bokken) y bastón (Jo) para la practica, por favor comunicarse con tiempo y separar el préstamo de estos.

Informes Cel: 3005676969 o 3006762165

FOTOS DOJO








ENTREVISTA A MOREHEI UESHIBA O SENSEI

(Traducido por Angye Alejandra Bahena García)




Morhei Ueshiba

A: Cuando era estudiante, mi profesor de filosofía nos mostró un retrato de un filósofo famoso y me sorprende su parecido con usted Sensei.

O Sensei: ya veo. Quizá debería haber entrado en el campo de la filosofía. Mi lado espiritual está más acentuado que mi lado físico

B: Se dice que el Aikido es diferente al karate y al judo.

O-Sensei: En mi opinión, se puede decir que es el verdadero arte marcial. La razón es que es un arte marcial basado en la verdad universal. Este Universo está compuesto por diferentes partes, y aún como totalidad está unido como una familia y simboliza el estado último de paz. Al sostener tal visión del Universo, el Aikido no puede ser otra cosa que un arte marcial de amor. No puede ser un arte marcial de violencia. Por esta razón, puede decirse que el Aikido es otra manifestación del Creador del Universo. En otras palabras, el Aikido es un gigante (inmenso en naturaleza). Por lo tanto, en el Aikido, el Cielo y la Tierra se convierten en las fuentes del entrenamiento. El estado de la mente del aikidoka debe ser de paz y totalmente no violento. Es decir, es ese estado mental especial que transforma la violencia en un estado de armonía. Y esto creo, es el verdadero espíritu de las artes marciales japonesas. Esta tierra nos ha sido dada para transformarla en un paraíso terrenal. La actividad de guerra está totalmente fuera de lugar.

A: Entonces, es muy diferente a las artes marciales tradicionales.

O-Sensei: Efectivamente, es muy diferente. Si miramos atrás en el tiempo, vemos como se ha abusado de las artes marciales. Durante el periodo Sengoku (1482-1558 Sengoku significa “países de guerra”) los señores locales utilizaban a las artes marciales como herramientas de pelea que servían a sus propios intereses privados y para satisfacer su avaricia. Lo cual considero era totalmente inapropiado. Yo mismo enseñé artes marciales para ser utilizadas con el propósito de matar a otros soldados durante la guerra, después de que el conflicto termino, me sentí profundamente inquieto. Esto me motivo a descubrir el verdadero espíritu del Aikido hace siete años, en ese entonces tuve la idea de construir un cielo en la tierra. El motivo de tal decisión fue que a pesar de que el cielo y la tierra (el universo físico) han alcanzado un estado de perfección y a pesar de que son relativamente estables en su evolución, la humanidad (particularmente los japoneses) parece hallarse en un estado de conmoción. Antes que todo, debemos cambiar esa situación. La realización de esta misión es el camino hacia la evolución de la humanidad universal. Cuando me di cuenta de esto, llegué a la conclusión de que el verdadero estado del Aikido es el amor y la armonía. Así el “bu” (marcial) en Aikido es la expresión del amor. Yo estudiaba el Aikido para servir a mi país. Por ende, el espíritu del Aikido sólo puede ser el amor y la armonía. El Aikido nació de acuerdo con los principios y mecanismos del Universo. Por lo tanto, es un budo (arte marcial) de victoria absoluta.

B: ¿Podría hablar de los principios del Aikido? El público general considera que el Aikido es algo místico como el ninjutsu, ya que usted, Sensei, enfrentó con gran rapidez a oponentes enormes que levantaban objetos que pesaban varios cientos de libras.

O-Sensei: Eso sólo parece ser místico. En el Aikido utilizamos el poder del oponente por completo. Mientras más poder utilice el oponente, es más fácil para ti.

B: Entonces, en ese sentido, también hay Aiki en el judo, dado que en el judo se sincroniza uno mismo con el ritmo del oponente. Si el jala, uno empuja; si él empuja, uno jala. Se mueve al oponente de acuerdo a este principio y se le hace perder el equilibrio y entonces se aplica la técnica.

O-Sensei: En el Aikido, absolutamente no hay ataque. Atacar significa que el espíritu ya ha perdido. Nos adherimos al principio de la no-resistencia absoluta, es decir, no nos oponemos al atacante. Así, en el Aikido no hay oponente. La victoria en Aikido es masakatsu agatsu (la victoria correcta es la victoria sobre uno mismo); cuando se gana sobre todas las cosas de acuerdo con la misión del cielo, entonces se posee la fuerza absoluta.

B: ¿Esto significa go no sen? (El término se refiere a una respuesta tardía a un ataque).

O-Sensei: Absolutamente no. No es cuestión de que sea sensen no sen ó sen no sen. Si yo intentara explicarlo, diría que tu controlas a tu oponente sin tratar de controlarlo. Este es, el estado de la victoria continua. La cuestión no es ganar o perder ante un oponente. En ese sentido, no existe oponente en el Aikido. Incluso si tu tienes un oponente, éste se vuelve parte de ti, un compañero a quien solamente se controla.

B: Cuantas técnicas existen en el Aikido

O-Sensei: Existen aproximadamente 3,000 técnicas básicas y cada una de ellas tiene 16 variaciones… así existen muchos miles. Dependiendo de la situación, se crean nuevas técnicas.

A: ¿Cuando empezó su estudio de las artes marciales?

O-Sensei: A la edad de 14 o 15. Primero aprendí el Tenshinyo-ryu Jiujitsu de Tokusaburo Tozawa Sensei, después el Kito-ryu, el Yagyu-ryu, el Aioi-ryu, y el Shinkage-ryu, todas formas del jujutsu. Sin embargo, pensaba que debía existir una forma verdadera del budo en algún otro lugar. Probé el Hozoin-ryu sojitsu y el kendo. Pero todas esas artes estan relacionadas con formas de combate uno contra uno y no me satisfacían. Así que visité varios lugares del país buscando el Camino y entrenando, pero todo en vano.

A: ¿Es este el entrenamiento ascético del guerrero?

O-Sensei: Sí, la búsqueda del verdadero budo. Cuando solía ir a otras escuelas nunca reté al sensei del dojo. Un individuo responsable de un dojo está agobiado por muchas cosas, por lo tanto, es muy difícil para él mostrar su verdadera habilidad. Con todo mi respeto aprendería de él. Si yo considerara que soy superior a él, nuevamente le mostraría mi respeto y regresaría a casa.

B: Entonces, no aprendió el Aikido desde el principio. ¿Cuándo apareció el Aikido?

O-Sensei: Como dije antes, visité muchos lugares buscando el verdadero budo. Entonces, cuando tenía 30 años aproximadamente, me establecí en Hokkaido. En una ocasión, mientras estaba en el Hisada Inn en Engaru, en la Provincia Kitami, conocí a un tal Sokaku Takeda Sensei del clan Aizu. El enseñaba el Daito-ryu jujutsu. Durante los 30 días que aprendí de él sentí algo parecido a la inspiración. Mas tarde, invité a este maestro a mi casa y junto con otros 15 o 16 de mis empleados me convertí en un estudiante en búsqueda de la esencia del budo.

B:¿Descubrió usted el Aikido mientras estaba aprendiendo el Daito-ryu con Sokaku Takeda?

O-Sensei: No. Sería más preciso decir que Takeda Sensei abrió mis ojos al budo.
A: Entonces, ¿Hubieron circunstancias especiales alrededor de su descubrimiento del Aikido?

O-Sensei: Sí. Ocurrió de la siguiente manera. Mi padre se enfermó gravemente en 1919. Tuve que dejar a Takeda Sensei y regresar a mi casa. Durante el camino, me dijeron que si uno iba a Ayabe cerca de Kyoto y oraba entonces cualquier enfermedad sería curada. Así que fui ahí y conocí a Onisaburo Deguchi. Después, al llegar a mi casa, me enteré de que mi padre había muerto. A pesar de que sólo había visto a Deguchi Sensei una sola vez, decidí regresar a Ayabe con mi familia y me quedé ahí hasta finales del periodo Taisho (alrededor de 1925). Si… en ese entonces yo tenía cerca de 40 años. Un día me estaba secando junto a un pozo. De repente, una cascada de cegadoras luces doradas bajo desde el cielo envolviendo mi cuerpo. Inmediatamente mi cuerpo se volvió grande y más grande, hasta alcanzar el tamaño del Universo entero. Abrumado por esta experiencia, de repente me di cuenta que no debemos pensar en ganar. La forma del budo debe ser el amor. Debe vivirse en el amor. Esto es el Aikido y esto es la vieja forma de la postura en el kenjutsu. Después de este descubrimiento yo estaba tan feliz que no pude contener las lágrimas.


B: Entonces, en el budo, no es bueno ser fuerte. Desde tiempos antiguos se ha enseñado la unificación del “ken” y el “Zen”. En efecto, la esencia del budo no puede ser entendida sin despejar la mente. En tal estado, ni el bien ni el mal tienen significado.

O-Sensei: Como lo dije antes, la esencia del budo es la vía del masakatsu agatsu.
B: He escuchado una historia acerca de cómo usted intervino en una pelea con 150 trabajadores.

O-Sensei: ¿Lo hice? Como yo lo recuerdo… Deguchi Sensei fue a Mongolia en 1924 para lograr su objetivo de una comunidad Asiática más grande al igual que una política nacional. Lo acompañé en su búsqueda a pesar de que se me pidió que entrara a la armada. Viajamos a Mongolia y Manchuria. Ahí, nos encontramos con un grupo de bandidos montados y comenzó el tiroteo. Respondí a los disparos con un mauser y corrí en medio de los bandidos, atacándolos ferozmente, y se dispersaron. Tuve éxito al escapar del peligro.

A: Sensei, entiendo que usted esta muy relacionado con Manchuria. ¿Pasó mucho tiempo ahí?

O-Sensei: A partir de ese incidente estuve en Manchuria varias veces. Yo era asesor en artes marciales para la organización Shimbuden y para la Universidad Kenkoku en Mongolia. Por esta razón, he sido muy bien recibido ahí.
B: Ashihei Hino escribió una historia llamada “Oja no Za” en Shosetsu Shincho en la cual analiza el periodo de juventud de Tenryu Saburo, un rebelde del mundo del Sumo, así como su encuentro con el arte marcial del Aikido y su verdadero espíritu.

¿Eso tiene que ver con usted Sensei?

O-Sensei: Si.
B: Entonces, ¿eso significa que usted estuvo relacionado con Tenryu durante algún tiempo?

O-Sensei: Sí. El vivió en mi casa durante tres meses aproximadamente.

B: ¿En Manchuria?

O-Sensei: Si. Lo conocí cuando hacíamos rondas después de la celebración que marcó el 10º aniversario del establecimiento del gobierno de Manchuria. Había un atractivo hombre mirando la fiesta y mucha gente lo apuntaba haciendo comentarios como “ese Sensei tiene una fuerza tremenda. ¿Que tal si usted se pone a prueba contra él?” Le pregunté a alguien que estaba a mi lado quién era ese hombre. Me dijeron que era el famoso Tenryu quien se había retirado de la Asociación de luchadores de Sumo. Entonces me lo presentaron. Finalmente terminamos midiendo nuestra fuerza uno contra el otro. Me senté y le dije a Tenryu, “por favor, trate de empujarme. Empuje fuerte, no es necesario contenerse”. Ya que yo conocía el secreto del Aikido, no pudo moverme ni una pulgada. Incluso Tenryu estaba sorprendido. Como consecuencia de esa experiencia se convirtió en un estudiante de Aikido. El era un buen hombre.

A: Sensei, ¿Usted también ha estado relacionado con la armada?

O-Sensei: Si, durante mucho tiempo. A principios de 1927 o 1928, durante un periodo de 10 años fui profesor de medio tiempo en la Academia Naval.

B: ¿Entreno usted a soldados mientras estuvo enseñando en la Academia Naval?

O-Sensei: He enseñado varias veces a los militares, iniciando en la Academia Naval en 1927-28. Hacia 1932 o 1933 comencé una clase de artes marciales para la Armada en la Escuela Toyama. Además, en una ocasión ofrecí una exhibición de Aikido invitado por el General Toshie Maeda, Superintendente de la Academia de la Armada.

B: Dado que usted estuvo enseñando a soldados, seguramente se encontró muchos tipos rudos y muchas historias.

O-Sensei: Si. Incluso alguna vez fui emboscado.

B ¿Esto ocurrió a causa de que lo consideraban como un maestro autoritario?

O-Sensei: No, no fue así. Lo hicieron para probar mi fuerza. Ocurrió cuando comencé a enseñar Aikido a la policía militar. Una tarde mientras caminaba a través de los campos de entrenamiento, sentí algo extraño. Sentí que algo ocurría. De repente, de todas direcciones, desde atrás de los arbustos y los montes aparecieron varios soldados y me rodearon. Empezaron a atacarme con espadas y rifles de madera. Pero como yo ya estaba acostumbrado a esa clase de cosas no me preocupé. Mientras intentaban golpearme giré mi cuerpo hacia un lado y otro hasta que cayeron fácilmente. Finalmente, se cansaron. En todo caso, el mundo esta lleno de sorpresas. El otro día me encontré con uno de los hombres que me atacaron. Soy asesor de la Policía Militar de Alumni en la prefectura de Wayama. Recientemente durante una reunión, un individuo reconoció mi cara y se acercó sonriendo. Después de que platicamos un poco, me di cuenta de que era uno de los hombres que me había atacado hace tantos años. Mientras se rascaba la cabeza me platicó lo siguiente: “estoy arrepentido por ese incidente. Ese día estábamos platicando acerca de que si el nuevo profesor de Aikido era o no realmente fuerte. Varios de nosotros, militares, policías de sangre caliente, discutíamos sobre esa cuestión y decidimos poner a prueba al nuevo maestro. Mas o menos, 30 hombres esperaban. Estábamos realmente sorprendidos de que 30 hombres seguros de si mismos no pudieron hacer nada contra su fuerza”.

C: ¿Hubo algún episodio durante su estancia en la Escuela Toyama?

O-Sensei: ¿Competencias de fuerza? Ocurrió un incidente, creo, antes del episodio con la policía militar. Varios capitanes que fueron instructores en la Escuela Toyama me invitaron para medir mi fuerza contra la de ellos. Todos ellos se enorgullecían de sus habilidades, diciendo cosas como; “pude levantar tal y tal peso” o “partí un tronco de tantas pulgadas de diámetro” yo les expliqué, “no tengo una fuerza como la de ustedes, pero puedo derribar a personas como ustedes tan solo con mi dedo. Me sentiría mal con ustedes si los tiro, mejor hagamos esto”. Extendí mi brazo derecho y apoyé la punta de mi dedo índice al final de un escritorio y los invité a que se apoyaran en mi brazo sobre sus estómagos. Uno, dos y tres oficiales sobre mi brazo, en ese momento se quedaron con los ojos abiertos. Continua hasta que seis hombres estaban sobre mi brazo y entonces le pedí a un oficial que estaba cerca de mi que me diera un vaso con agua. Mientras yo bebía el agua con mi mano izquierda todos estaban quietos intercambiando miradas.